Me resisto a acostumbrarme.

El otro día nos dejó un amigo mío, víctima de esa puta enfermedad llamada cáncer, no hace mucho más otro, y así van pasando los años donde siempre alguien nos deja, y mi cuerpo se resiste a acostumbrarse a estas cosas, me resisto a acostumbrarme a que cada año la lista de amigos y conocidos se vaya disminuyendo, aunque en verdad es cuando nos vamos dando cuenta de que envejecemos, que la vida se nos está pasando de forma rápida, a medida que nos suben los años cumplidos, la lista de amigos y conocidos que me faltan va también aumentando, como si de vidas paralelas se tratara.

Cuando se te va un amigo, es cuando empiezas a recordar, al menos durante un tiempo, esos ratos pasados, rebuscas en tus fotografías tiempos vividos con él, siempre te acuerdas de los buenos momentos, los malos tu mente los olvida, y a veces me pregunto quien será el siguiente, porque el seguir viviendo es una lotería, una lotería cuyos boletos nadie quiere comprar, pero el destino, nuestro destino se encarga de vendernos a cualquier precio sin nosotros quererlos comprar.

Si me resisto a acostumbrarme a estas situaciones, pero por otro lado se que es ley de vida por mucho que no quiera acostumbrarme, tengo que aceptarlo.

Se me han ido amigos y conocidos jóvenes y no tan jóvenes, de enfermedad, de accidente, suicidio, a veces la vida es una mierda, y te das cuenta, cual injusta es esta vida para algunos, y desgraciadamente nuestros cuerpos y nuestras mentes están acostumbrados a pasar por todo esto, si aunque me resista, siempre es mejor acostumbrarte para que luego el dolor por la falta de un amigo, de un familiar o de un ser querido te sea más llevadera.

En esos momentos de dolor y de vacío es cuando te das cuenta, que en ocasiones llevamos una vida desvivida, no sabiendo vivirla, no disfrutando a tope de ella, y desaprovechando oportunidades que en muchas ocasiones se nos presentan, bien por cabezonería, por tercos, o simplemente porque no sabemos, por eso me resisto a acostumbrarme a todo esto, aunque ya a estas alturas, no se lo que será mejor, si estar acostumbrado o no estar acostumbrado, aunque a fin de cuentas lo que queremos la mayoría es vivir, y el que no quiere vivir, supongo que será porque no encontró motivos para hacerlo, pero yo creo que si se buscan motivos, estos siempre se encontrarán para querer seguir viviendo, aunque la propia vida te esté jodiendo.

Comentarios