Nuestra vida en unos segundos.


Hay que ver, como nuestra vida nos puede cambiar en cuestión de segundos, y en muchas ocasiones sin quererlo, sin buscarlo.
Mi comentario de hoy, va dirigido a una chica, una sobrina de unos amigos míos, una chica joven, llena de vida, (y lo está), con apenas 25 años su vida cambió por completo, sin tener culpa, pero el destino le tenía previsto esta putada de la vida, su nombre, da igual, uno más de los muchos que desgraciadamente sufren un accidente de moto.
A pesar de su juventud, su vida ya encauzada, con un trabajo fijo, y donde estaba encantadísima con él, su novio, ya también con su trabajo encauzado, los dos grandes aficionados a las motos, iban a las concentraciones que podían, cada uno en la suya, la de ella, ya no me acuerdo ni la marca ni el modelo, si sé que era una moto deportiva amarilla, preciosa, siempre que podía, cogía la moto, ya fuera para dar un rulacho con el novio, para ir a trabajar, o para lo que se le terciara en ese momento.
Un camión, o autobús, o un no se que, aparcado en la Avenida del Mar de la Gándara, en el espacio que hay entre las puertas de entrada y salida de la ITV, ella conduciendo en su moto amarilla, velocidad normal, más bien baja, con su casco puesto, no era una loca en la moto, un coche que sale de la ITV, y no tiene visibilidad y mete el morro de su coche en la carretera, en el momento que pasaba ella en la moto, así de repente, ella intenta evitar lo inevitable, no choca con el coche, pero pierde el control de la moto por intentar evitar ese choque y se va al suelo, su cabeza queda a escasos centímetros de la rueda delantera del coche, inconsciente ella, la llevan para Coruña en la Ambulancia, haciendo todo lo posible para que no nos dejara, debatiéndose entre la vida y la muerte por un fuerte golpe en la cabeza, aún a pesar de llevar el casco, en el hospital su estado se estabiliza, pero queda en coma durante muchos meses, casi un año, la familia, el novio, los amigos hechos polvo, su padre que aún hacía poco había salido él también de un gravísimo accidente en moto al saltarse un coche un semáforo en rojo, o un stop, ya no me acuerdo muy bien, más de un año de recuperación le costó aquello, y ahora este hombre hundido, sin olvidarnos de la madre, porque esta vez la ha tocado a su hija.
Parece que el túnel llega a su fin, despierta del coma, pero con unas secuelas que podrá tener de por vida, se piensa lo peor en ese momento, no habla, apenas se mueve.
Muchos meses en el hospital, su estado había mejorado, aunque seguía sin hablar, movimientos descoordinados, no conocía a la gente, en una silla de ruedas.
Así empieza su recuperación, esfuerzo y lucha constante sobre todo por los padres para sacarla adelante, me acuerdo cuando fuimos a verla mi mujer y yo, y le llevamos una caja de bombones, ver aquella cara de felicidad cuando nos vio, y le dimos los bombones, nos reconoció, hubo que sacarle los bombones, porque si no se los comía todos, yo me aguantaba y me tragaba las lágrimas para que ella no me viera.
A penas articulaba las palabras, y andar no podía sola, pero al menos ya se levantaba, y hacía esfuerzos por hablarnos, se acordaba de cuando mi hijo y su primo corrían en bicicleta y a ella le encargábamos de cuidar a mi hija, un poco más joven que ella.
Hoy, ya cuatro años después de aquel fatídico día, su estado mejoró, pero necesita de cuidados, puede andar con una muleta y con ayuda de otra persona, conoce a la gente, ya habla, aunque no puede llevar una conversación fluida, todavía le queda mucho, su mente quedó en blanco, tuvo que aprender a hablar, a saber las letras, los nombres de las personas que la conocemos, y tiene que seguir luchando, aún le queda capacidad de mejora aunque las secuelas estarán ahí, sigue luchando porque tiene capacidad para ello, y lo más importante que está rodeada de gente que la quiere, que lucha con ella día a día, ¡animo y fuerza!, no desfallezcas motera, porque los moteros y moteras están hechos de otra pasta, seguramente ya nunca volverás a montar en moto, pero al menos que te queden esos buenos recuerdos de cuando disfrutabas encima de la moto.
Pero después de todo esto, vienen los jodidos de los seguros, que ante desgracias como estas, si te pueden dejar tirado, te dejan, pues no se quería hacer cargo el seguro, porque según ellos, ella no había tocado el coche, es que hay que joderse, lo lógico que cualquiera en su situación es evitar el choque, eso es un reflejo, un impulso, y que la mayoría de las veces te lleva al suelo, pues hubo que demostrar lo que comento más arriba, que su cabeza había quedado a unos centímetros de la rueda del coche, pues de que la cabeza tocó la rueda y luego rebotó y quedó separada después, y todo en parte gracias a la declaración de un empleado de la ITV, que dijo que si llegó a tocar el coche, más los estudios de los peritos, y que a lo mejor si se hubiera dado de frente contra el coche podría haber sido peor. Desgraciado sea, al que se le pasó por la cabeza, de querer dejar tirada a una persona y a su familia en esas condiciones.
Pero a día de hoy, en ese espacio que hay entre las puertas de la ITV, siguen aparcando vehículos de grandes dimensiones, que te impiden ver bien cuando sales de la ITV, parece como si están esperando a que otro fatídico accidente se produzca.
Hoy no he escrito un comentario bonito, alegre, pero a veces tenemos que contar la cruda realidad, por muy triste que sea, porque cualquier pequeño detalle que surge en la vida, te la puede hacer cambiar para siempre, simplemente con que no hubiera un coche aparcado ahí, o simplemente con que fuera más pequeño, hoy no estaría contando esta triste y cruda realidad.
Va, por y para ti, sigue luchando, que aún te queda mucho trabajo que hacer, y que además cuentas con una buena y gran familia que están contigo y te quieren, y además cuentas también con todos los moteros y moteras, que están ahí, luchando, haciendo todo lo posible para que los moteros y moteras, puedan algún día disfrutar de la moto, sin que sucedan accidentes que pueden ser evitados, y esperando que algún día de estos puedas participar en una concentración motera, aunque solo sea desde el otro lado de la barrera.

¡Lucha!.

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