Una carta de una madre a otra madre.

Rescato una opinión de Esveritate, en su blog de La Verdad de la Política, y es que la verdad, me ha impactado, sobre todo porque en la sociedad actual que vivimos en España, una España que podríamos hacer de ella un País donde vivir en paz y tranquilos, y que tengamos un trocito de nuestra España, donde a la gente, la pueden matar, solamente por su forma de pensar, donde hay mucha gente que vive con miedo, donde hay mucha gente que se ha tenido que ir de su casa, de su tierra, porque una serie de gente que aún encima tiene la osadía de llamar fascistas a los demás, y actúan amenazando de una forma vil y cobarde, poniendo bombas o el típico tiro por la espalda y en la nuca, y repito simplemente porque no piensas como ellos, porque no haces lo que ellos quieren y aún encima respaldados por gente que actúan de espías o marionetas de estos asesinos, que no defienden nada ni a nadie, y para mi lo que es más grave, en muchas ocasiones apoyados por sus propias madres, madres que han llevado a sus hijos en sus entrañas, que se supone que son las que deberían de tener más sensibilidad, sobre todo cuando mueren niños inocentes, o cuando muere cualquier persona en un sin sentido, cuando a día de hoy tenemos las palabras para defender nuestras ideas y no con pistolas y aún encima cobardemente, en fin os pongo la carta de una madre a otra madre, y que desgraciadamente es lo que sucede:
De madre a madre:
Vi tu enérgica protesta delante de las cámaras de TV en la manifestación de ayer a favor de la reagrupación de presos de ETA y su transferencia a cárceles del país vasco.
Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo que supone económicamente para ti ir a visitarlo como consecuencia de esa distancia.
Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la misma situación y de otras personas querían ser solidarias contigo, y que contáis con el apoyo de comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos humanos, ONG,s, etc., etc.
Yo también soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.
Enorme es la distancia que me separa de mi hijo. Trabajando y ganando poco, idénticas son las dificultades que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio sólo puedo visitarlo los domingos, porque trabajo incluso los sábados para el sustento y educación del resto de la familia.
Felizmente también cuento con el apoyo de amigos, familiares, etc.
Si aún no lo sabes, yo soy la madre de aquel joven que murió cuando se dirigía al instituto y que al pasar cerca de un coche aparcado, éste hizo explosión a causa de la bomba lapa que tu hijo puso en los bajos de ese coche. En la próxima visita, cuando tú estés besando y acariciando a tu hijo, yo estaré visitando al mío y depositándole unas flores en su tumba.
Ah!, se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en un cómodo colchón y comiendo comida caliente todos los días.
Otra cosa querida: ni al cementerio, ni a mi casa, nunca vino ningún representante de esas entidades que tan solidarias son contigo, para darme apoyo ni dedicarme unas palabras de aliento, y ni siquiera para decirme cuáles son MIS DERECHOS.

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