Hasta siempre amigo

Estos días el ciclismo está de luto, nos ha dejado el ciclista Weylandt, aquí en estos momentos es donde vemos la dureza de ciertos deportes, en este caso el ciclismo, donde será en los próximos días noticia, y desde luego no será por temas relacionados con el dopaje, si no por un desgraciado accidente que ha causado la muerte de un ciclista de 26 años, un niño todavía, esperemos que la prensa y los medios de comunicación sepan estar a las altura de las circunstancias, aunque ayer hemos podido comprobar que tampoco han sabido estar ni en circunstancias como esta, sobraban imágenes, hay cosas que por mucha noticia que quieras dar, creo que hay que guardar un respeto con la propia persona y sobre todo con la familia que no tiene necesidad de ver imágenes más allá de lo necesario, y teniendo en cuenta que su mujer está embarazada, y tiene que ser muy duro ver como las cámaras de todo tipo devoran a una persona que se está muriendo, pero como siempre habrá contestación para todo, como que el caso era noticia y los aficionados tienen derecho a ver, saber y conocer la noticia.


Pues no, los aficionados no queremos ver este tipo de imágenes, queremos la noticia pero no queremos que se nos falte al respeto, aunque en los últimos tiempos ya nos tienen acostumbrados, en fin, hay que ver y vender aún a consta de situaciones desagradables, y aún encima en muchas ocasiones con la ignorancia y la hipocresía por el medio, pero bueno eso forma parte ya de otra historia.

En esta ocasión os pongo un comentario del ciclista Pedro Horrillo, que lo veo muy interesante y que creo que no debe de pasar desapercibido, y que la comentó en el País.com, y que os la pongo en mi blog.


Hoy es un día triste, muy triste. Se me agolpan las emociones ahora mismo por todos los poros de mi cuerpo. Piden salir, tienen ansia de libertad, pero el instrumento que tengo para expresarlas, las palabras, se me antoja totalmente insuficiente.


D.E.P. Wouter Weylandt, fallecido hoy en un trágico accidente en el transcurso de la segunda etapa en línea del Giro de Italia 2011. Mi más sentido pésame a toda su familia y amigos. A los mismos que se despidieron de él con una sonrisa deseándole suerte para este Giro. El año pasado ganaste una etapa, a ver si este año te traes dos, seguro que le dijo alguno. Y a sus compañeros de equipo, los que, al igual que los más cercanos, con más dolor estarán notando su ausencia en estos mismos momentos.


Desgraciadamente, soy capaz de entender muy bien el dolor que está sufriendo toda esta gente en este momento. Y no porque lo haya vivido yo, sino porque estoy convencido de que se asemeja mucho a lo que vivieron todas mis personas cercanas hace ahora casi dos años.


Pido perdón por hablar de mí porque no es ésta mi intención, pero hoy necesito hacerlo. Porque todo lo que he visto hoy y lo que he sentido me ha hecho pensar muy intensamente en cómo debieron ser los momentos posteriores a mi accidente en esta misma carrera.


Y me siento mezquino cuando pienso en mí y en la suerte con la que me ha tratado la vida. Estoy aquí para contarlo, y eso ya de por sí es una fiesta. Y pido perdón de nuevo por utilizar esta palabra en un día como hoy, pero así es como lo siento.


Pienso en la mujer de Weylandt, embarazada de su segundo hijo recibiendo la terrible llamada telefónica, y la imagen que veo es la de mi mujer, con dos niños pequeños, uno en cada mano, recibiendo la misma información. Pienso en su hijo y en el recuerdo que tendrán de su padre, y veo a los míos. Pienso en su familia y lo mismo, veo a la mía. Pienso en sus amigos y veo a los míos. Pienso en su equipo, en su compañero de habitación y veo al mío, a Ardila -presente en este Giro-, que era con quién compartía morada en el Giro de hace dos años. Y le veo al pobre Mauricio, despierto en mitad de la madrugada, angustiado por la ausencia a la que le transporta esa cama vacía que tiene a su lado. Y le imagino pensando en mi, en que la última sonrisa que le he dedicado ese mismo día puede haber sido precisamente eso, la última; y le veo lamiendo su impotencia sabiendo que en un hospital del que apenas le separan un centenar de metros, yo estoy librando una dura batalla contra la muerte. Y él, cansado, abatido y saturado por esa impotencia, nada puede hacer para cambiar el destino.


En mi caso las primeras informaciones fueron terribles, pero pasadas las horas mi situación se fue estabilizando y en unos cuantos días mi vida dejó de correr peligro. En el caso de hoy las primeras informaciones han sido igual de terribles, pero al de poco tiempo han llegado nuevas noticias dramáticas que han confirmado los peores presagios.


Por casualidades hoy no estaba siguiendo en directo la etapa, y a mí la noticia me ha llegado vía telefónica, aunque como todos, ya desde el primer momento me he temido lo peor. Pero tenía una esperanza en la que creer: en mi caso también fue así, y conseguí salir adelante. Confiaba como no puede ser de otra manera en la labor de los médicos italianos. Y sabiendo que estaba siendo atendido por ellos desde el primer momento, confiaba en que harían todo lo posible por él si había una esperanza de vida. En mi caso no pudo ser así y conseguí salir del trance, así que yo en mi ignorancia trataba de ser optimista. Así lo hicieron conmigo todos esos profesionales, y a ellos y a su trabajo les debo la vida. Así que, con ellos estaba.


Pero no ha podido ser. A Wouter se le ha negado la segunda oportunidad que a mí se me concedió. Descansa en paz, amigo y compañero, que como tantos otros, no dudaste en venir a abrazarme la primera vez que me viste después de mi accidente. Así te recordaré, con la sonrisa que me dedicaste aquel día.


Tiempo habrá de preguntarnos el porqué de esta muerte, lo mismo que me he preguntado yo miles de veces el porqué de mi accidente. Pero ahora no es el momento, ninguna de las respuestas nos sirve para solucionar tu pérdida. Acompaño a todos los tuyos en el dolor y desde aquí todo mi cariño y recuerdo para ellos.

Hasta siempre, amigo.

Comentarios

  1. Hola Juan,
    muy emotiva la reseña del País,
    y muy triste la noticia que nos traes hoy en tu blog.
    La muerte siempre impacta,
    y cuando se trata de personas jóvenes
    o muy jóvenes aún más,
    no dejan de ser vidas truncadas,
    por no hablar de los que se quedan sumidos en el dolor y con la ausencia del ser querido.
    Y como no, tambien comparto tu opinión sobre como los medios de comunicación se ceban en estos casos, parece que si no hay morbo, no hay noticia, los sentimientos de las personas deberían ser respetados, al igual que la intimidad, pero es lo que tenemos o como dicen por ahí, lo que queremos, será para algunos porque otros hemos tomado la decisión de no ver, ni leer semejantes improperios.
    Un abrazo y hasta la próxima.

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